mounttop.jpgCuando nos concentramos, enfocamos nuestra atención en una cosa específica.  Pero cuando meditamos, sentimos que tenemos dentro de nosotros la capacidad de ver muchas cosas, de tratar con muchas cosas y de dar la bienvenida a muchas cosas al mismo tiempo. Cuando meditamos tratamos de expandirnos, como un pájaro que abre sus alas. Tratamos de expandir nuestra conciencia finita y entrar en la Conciencia Universal donde no hay miedo, celos o dudas, sino tan sólo gozo, paz y poder divinos.

La meditación significa nuestro crecimiento consciente hacia el Infinito. Cuando meditamos, lo que hacemos en realidad es entrar en una mente vacía, calmada, silenciosa y permitir que la Infinidad misma nos alimente y nos cuide. Ahora les estoy hablando en español y me pueden entender porque comprenden el español muy bien. Del mismo modo, cuando sepamos cómo meditar bien, podremos comulgar con Dios, porque la meditación es el lenguaje que utilizamos para hablar con Dios.

 

Ejercicios

  1. Un Río de Conciencia

Cuando medites, intenta traer tres cosas a tu mente: pureza en todo tu ser, humildad en todo tu ser y gratitud en cada parte tuya, en cada célula. Cuando inhales y exhales, siente que un río de conciencia está fluyendo a través de ti sin ningún impedimento. Siente que este río de conciencia está fluyendo dentro y fuera de ti en unidad constante con la Fuente, el Supremo.

  1. La Inmensidad del Cielo

Mantén tus ojos entreabiertos e imagina el vasto cielo. Al principio trata de sentir que el cielo está frente a ti; luego trata de sentir que tú eres tan vasto como el cielo o que eres el vasto cielo.

Después de unos minutos, por favor, cierra tus ojos y trata de ver y sentir el cielo dentro de tu corazón. Siente que eres el corazón universal y que dentro de ti está el cielo en el cual meditaste y con el cual te identificaste. Tu corazón espiritual es infinitamente más vasto que el cielo, así que fácilmente puedes abarcar el cielo dentro de ti.

  1. El Ser Dorado

Intenta sentir que estás dentro del corazón de Dios, el Piloto Interno. Aunque no has visto al Supremo, simplemente imagina mentalmente un ser humano que es totalmente dorado. Imagina que Él está justo frente a ti y que tú estás en Su Corazón, en Su Regazo o a Sus Pies. No pienses que tienes dieciocho o cuarenta o sesenta años de edad. Piensa que tienes un mes de edad y que estás dentro del corazón mismo del Supremo o en Su Regazo.

 

– Sri Chinmoy

Manual de Meditación“. Purnahuti  Print. Guatemala. 2004.