3100milerace.jpgMeditamos porque este mundo nuestro no ha podido satisfacernos.

Continuamente estamos a merced de las fuerzas negativas a nuestro alrededor: envidia, miedo, duda, preocupación, ansiedad y desesperación. Estas fuerzas son como monos. Cuando se cansan de mordernos y descansan por cinco minutos, entonces decimos que estamos disfrutando de la paz. Pero esto no es la verdadera paz, y pronto nos atacarán de nuevo.

Sólo a través de la meditación podemos obtener paz duradera, paz divina. Si meditamos devotamente por la mañana y recibimos paz por tan sólo un minuto, ese minuto de paz permeará todo nuestro día. Y cuando tengamos una meditación del más alto calibre, entonces recibiremos abundante paz, luz y deleite. Necesitamos la meditación porque queremos crecer en la luz y colmarnos en la luz. Si eta es nuestra aspiración, si esta es nuestra sed, la meditación es el único camino.

Si nos sentimos satisfechos con lo que tenemos y con lo que somos, entonces no es necesario que entremos en la práctica de la meditación.  La razón por la cual entramos en la meditación es porque tenemos hambre interna. Sentimos que dentro de nosotros hay algo luminoso, algo vasto, algo divino; algo que necesitamos muchísimo, pero para lo cual no tenemos acceso ahora mismo. Nuestra hambre interna viene de nuestra necesidad espiritual.

 

Sri Chinmoy

Manual de Meditación“. Purnahuti Print. Guatemala. 2004.